Hace 5 años que me ofrecieron ser Maestro de Ceremonias en una boda por primera vez. Una amiga que me había visto contar cuentos para adultos. Tanto ella como su pareja tuvieron claro que querian que yo les prestase mi voz en su enlace (gracias María y Juanma). ¡Todo un sufrimiento! Sólo después de decir sí, me di cuenta de la responsbilidad y la dificultad del papel que me tocaba... Sólo una vez pasada la ceremonia fuí consciente de cuánto me gustaba y qué suerte tenía de poder ocupar ese lugar. Conocer a gente maravillosa y sus historias de amor, conocer sus gustos, sus preferencias y plantear cada palabra y cada rito, cada música, cada lectura o cuento acorde con lo que podía llegar a conocer de ella y de él, o de él y de él, o de ella y de ella. Desde entonces, gracias al boca a boca, no he dejado de preparar y oficiar ceremonias nupciales, bodas de plata ( hasta unas bodas de oro) y otros eventos sociales de importancia para personas que han confiado en mí p...